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Papás primerizos.

2 meses.

Jungkook no va a poder decir que esto no es algo que quiso porque sería mentir, negar que no le emocionaba ser papá sería mentir y mentirse así mismo. Dos meses tienen sus adorables y tiernos cachorros, dos meses en los que ha descubierto que ser papás no es cosa fácil.

Aún son muy chiquitos y lloran por cualquier cosa a su parecer. Lloran porque tienen hambre, porque se hicieron del baño, porque tienen sueño, porque no tienen sueño, porque hace frío, porque hace calor. Lloran por todo. Y desde que llegaron a casa, después de que Jimin saliera del hospital privado, no ha podido dormir en lo absoluto.

Pensó, al principio, que todo lo que sus padres le dijeron era simplemente para asustarlo y ya, jamás les creyó cuando le dijeron que los bebés son complicados y que necesitan muchos cuidados. Ni siquiera le creyó a Taehyung cuando le dijo que su vida sexual se iría al carajo los primeros meses.

Ahora puede ver que, tanto sus padres como su cuñado tenían razón en todo lo que le había advertido.

Dos meses tiene siendo papá, ¡dos meses! En los que si acaso se ha podido besar con su omega por las noches. Está levemente cansado, pero hay algo que le gusta mucho después de un día totalmente ajetreado.

—Míralos, alfa, ¿verdad que son hermosos? Son tan chiquitos que me los quiero comer.

Jungkook nunca va a poder mentir en su vida. Ama a sus bebés.

✧✦✧

2 años.

—¡Jeon Taeyong y Jeon Ander! —Jungkook ha decidido desde hace unos meses atrás tomarse unas vacaciones para ayudar a su omega con el cuidado de sus bebés. Le prometió apoyarlo y hacer todo lo posible para que Jimin pudiese descansar, pero le está costando.

Sus hijos están en los terribles dos. Esa etapa en que sus hijos rayan paredes, meten tenedores en los enchufes de la luz, rompen todo y se pelean por todo. Es esa etapa en la que están aprendiendo a caminar mejor, esa etapa en la que hasta correr les parece divertido y Jungkook ya no sabe que más hacer para que ese par de bebés se estén quietos. Porque independientemente de que uno de ellos en más tranquilo que el otro, siguen siendo sus hijos y la hiperactividad los domina hasta dormidos.

—¿Qué pasa? —Jungkook suspiró totalmente cansado—. ¿Qué te hicieron esta vez? —la risa de su esposo hace al alfa gruñir bastante molesto, porque esos papeles que ahora se encuentran en el suelo rayados con plumones rojos y azules va a tener que volver a hacerlos y sus bebés simplemente se estaban riendo de él—. Oh vamos, no te puedes enojar por ello, Kook. Están pequeños.

—Ya lo sé, pero es que... —dijo mirando como Taeyong y Ander se sientan frente a él riéndose. A veces suelen decir una que otra palabra y esta vez no es diferente.

—Papá... —Ander es el primero en hablar mientras estira sus brazitos al alfa y este está tan enamorados de ellos que lo levanta en brazos y le da un beso mientras que Taeyong mira a Jimin y este lo levanta a él—. Peldon...

—¿Por qué? —pregunta Jungkook sonriendo.

—Hoja —dice su bebé mientras las lágrimas llegan a sus ojitos y empieza a llorar. Jungkook niega abrazándolo fuertemente mientras también acaricia los cabellos de Taeyong. Este bebé en brazos de Jimin es menos expresivo que Ander, mucho más travieso y sumamente territorial así que suele ser tan receloso con Jimin que con Jungkook. Mientras que Ander solo quiere estar detrás de el alfa todo el tiempo.

—Bueno, esa hoja no importa —le responde—. Ahora vamos por leche para que se duerman porque ya es hora de su siesta.

Jungkook caminó a la cocina siendo seguido de Jimin.

Y el omega no pudo evitar pensar que su alfa no estaba siendo como pensó que sería de padre. Porque Jimin claramente pensó que Jungkook sería autoritario sobre ellos y que los regañaría cada que hicieran travesuras, vaya sorpresa que jamás durante dos años, fue de ese modo.

✧✦✧

12 años.

Adolescencia, pubertad.

Palabras que para Jungkook y Jimin significan una sola cosa: problemas.

Y es por el pequeño o gran detalle llamado Taeyong. A pesar de ser gemelos y complementarse mutuamente con Ander, Taeyong es el rebelde de la familia, es el que le contesta a Jimin, el que no está de acuerdo cuando lo castigan, el que discute con sus profesores de la escuela, el que empieza las peleas con cualquier persona que lo ve feo.

Jungkook ya no sabe que más hacer. Ha hablado con Taeyong más veces de las que puede contar, ha intentado ayudarlo lo más que puede y jamás les ha puesto una mano encima. Siempre trata de entender a sus hijos, pero le resulta tan difícil con Taeyong. El alfa aún no termina de entender qué eso que le hace falta a Taeyong para abrirse con él y decirle lo que le pasa. Porque Jungkook sabe y se da cuenta que, Tae puede hablar de lo que sea con Jimin, pero cuando él aparece, su hijo se aleja sin decir más.

Quiere hablar con él. Decirle que también puede confiar en su padre alfa como lo hace con su padre omega, pero cada que lo intenta, su hijo parece alejarse cada vez más de sus brazos.

—Tae, ¿estás ahí? Quiero hablar contigo, hijo —Jungkook puede jurar que Taeyong está rodando los ojos de solo escucharlo o que lo está mandando a la mierda porque tiene los audífonos puestos, pero le es más sorpresivo cuando la puerta de la habitación se abre y un joven de 12 años con el cabello húmedo y los audífonos en el cuello se asoma—. Hola, ¿te interrumpí?

—No, estaba por cambiarme, ¿necesitas algo? —Jungkook ama a sus hijos, ama lo grandes que están, lo mucho que comparten personalidad con ellos y lo feliz que se siente cada que están juntos. El mayor todavía puede recordar la primera vez que Taeyong le dijo papá mientras dibujaba en el suelo con sus colores. Recuerda que el bebé le enseñó una hoja llena de rayones de colores mientras sonreía.

—Quiero hablar contigo, pero si estás ocupado puede ser después —le sonrió. Jungkook, a pesar de ser un alfa posesivo y dominante, con sus hijos no lo es y mucho menos con Tae. Si los cuida y los defiende todo el tiempo, pero estando en esta edad tan rebelde, entiende que debe controlarse con ellos.

—No, no estoy ocupado, pasa.

Taeyong abrió la puerta por completo y Jungkook lo primero que vio al entrar fue una foto de ellos cuando salieron de viaje a una competencia de fútbol en Daegu. Esta se encuentra enmarcada sobre el escritorio donde está la computadora de Taeyong, a vista de todos.

El silencio les envolvió algunos minutos, mientras el menor terminaba de arreglarse. Minutos que Jungkook aprovechó para mirar la habitación de su hijo. Las paredes estaban repletas de libros, mangas y discos. Había una que otra planta entre estos, probablemente separando los libros. En el balcón de la habitación habían más plantas y unas hermosas rosas blancas y rosas dándole un aire más suave. Las cortinas transparentes dejando entrar la brisa de noviembre y el ruido de la ciudad.

Jungkook jamás le había prestado atención del todo a la habitación de Taeyong, pero ahora que lo hacía, podía ver que su hijo realmente era otro ante sus ojos.

—¿Cuándo compraste peces? —le pregunta Jungkook mirando la enorme pecera junto a la puerta del baño. Dentro del cristal hay más de cuatro peces nadando de aquí para allá y Taeyong se coloca la camisa para luego caminar a donde su padre se encuentra.

—El dorado me lo dio Ander, el azul papá Jimin, el blanco el tío Yoongi y el negro el tío Tae —respondió sonriendo. Pues su papá jamás le había preguntado por sus peces pues siempre se encontraba ocupado atendiendo a Ander—. Son: Soonie, Dori, Doogie y Sun, adivina quien es Sun.

La sonrisa que Jungkook vio en su hijo fue suficiente para entenderlo. Puesto que él siempre estaba con Ander, no había tenido tiempo de pasar las tardes con Taeyong mientras que Jimin lo llevaba a cualquier lado sin problema alguno. Y entonces sus sospechas comenzaron. Si Taeyong siempre está detrás de Jimin no es porque no lo quiera, si no que, probablemente se presenta como alfa mientras que Ander, al perseguirlo todo el tiempo y estar llamando su atención con cualquier cosa, probablemente se presente como omega. De ahí que su hijo Taeyong sea tan receloso con Jimin.

—Supongo que el dorado —respondió sonriendo.

—Es el negro, el tío Tae le puso el nombre.

—Taeyong...

El menor dejó de jugar con sus peces y miró a su padre una vez más. El mayor no dudó ni un segundo en abrazarlo y darle un beso en el cabello y Taeyong realmente no entendió que estaba pasando entre ellos.

—Amh, ¿está todo bien?

—Quiero que me hagas un favor muy grande, Tae —el menor asintió aún sin comprender el comportamiento de su padre. Y eso ya es decir mucho porque Jungkook tiene un comportamiento cuestionable para él—. Jamás olvides lo mucho que te amo, ni vayas a pensar, ¡jamás!, que no quiero estar contigo hablando de lo que te gusta. Creo entender la actitud de ambos y realmente espero no equivocarme contigo ni con Ander.

—Está bien, no es necesario que...

—¡Claro que lo es! —interrumpe el mayor a su hijo—. Yo sé que de alguna forma te he estado lastimando al pasar más tiempo con Ander que contigo y no me voy a justificar ahora, Tae. Yo te he lastimado tanto por tanto tiempo que ahora que estamos aquí, hablando de peces, más bien, recién enterándome de que tienes peces, me hace sentir un idiota. Hijo yo... —Taeyong está tan quieto, con los ojos tan abiertos mientras se le llenan de lágrimas y sus mejillas se vuelve rojas en un instante—. Yo... Lo siento, Tae, por herirte de esta forma.

Si Jimin no lo hubiese escuchado al estar detrás de la puerta con una bandeja repleta de galletas, no hubiese llorando como lo estaba haciendo en ese momento en que, al asomarse vio a su hijo y su esposo abrazados mientras las lágrimas les bañan las mejillas y ambos se niegan a soltarse por miedo a que todo sea mentira.

✧✦✧

18 años.

—¡¿Realmente eres un alfa, Taeyong?!

—¡¿A ti qué te importa?!

—Impolta, bubu, ¡impolta! —el grito de Victoria hizo que los gemelos se quedaran callados y la voltearan a ver en ese mismo instante, haciendo que ambos olviden su discusión al ver como la menor está jugando con su comida. Tiene el cabello oscuro lleno de papilla de mango así como los cachetes y el vestido.

—Papá va a matarnos —dice Taeyong de pronto asustado. Ander levanta a Victoria de su silla y la lleva al baño mientras que Tae se encarga de limpiar el desastre, pero apenas da dos pasos cuando Jungkook y Jimin aparecen frente a él sonriendo mientras el alfa abraza a su esposo por la espalda y le da un besito en la mejilla. Taeyong no puede evitarlo—. Que asco, ¿no iban a volver después?

—Hola, Tae, también te extrañamos, ¿dónde están tus hermanos?

—Los vendí por Mercado Libre —le responde a Jungkook y el mayor frunce las cejas mientras lo mira fijamente—. Ander está bañando a Victoria.

—¿Por qué?

—Porque la niña es hija de Jeon Jungkook y Park Jimin y si a ustedes los correteó la hiperactividad, a ella si la alcanzó... ¡desde que nació!

Taeyong no esperó a que sus papás dijera algo cuando se metió a la cocina. Jimin sonrió negando mientras que Jungkook recordaba cada momento con el par de gemelos que parecían sacados de una caricatura infantil que de infantil no tiene nada.

—Tenemos buenos hijos, Kook —dice Park sonriendo.

—Es porque son más tuyos que míos —le responde antes de darle un beso en los labios a su esposo—. Porque si fueran del todo míos ya los habría vendido, ¡son tan insoportables como yo lo fui de joven!

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